La miopía del aprendizaje

“… fue terrible lo que pasó, para mí fue volver a vivir lo mismo de hace un año; lo bueno de todo esto es que hemos aprendido un montón” “¿Qué fue lo que aprendieron?” Silencio.

La semana pasada estaba charlando con un colega y le compartí una situación particular muy conocida por él, entonces me dispara la pregunta “¿Qué fue lo que aprendieron?”. Con un tono de curiosidad más que de cuestionamiento, me desacomodó por completo. La sentí literalmente como una patada en el pecho.

Un rato después de esta charla fue cuando comenzó mi reflexión. Fue increíble como una simple pregunta, bien formulada, concreta y en el momento adecuado generó una serie de cuestionamientos internos que no pararon: 

¿Che, estaremos aprendiendo? ¿Cómo puedo estar seguro de que eso realmente está pasando? ¿Cómo me doy cuenta? ¿Hay alguna fórmula mágica para validar? ¿No será que estamos haciendo ‘más de lo mismo’ y decir que estamos aprendiendo, sirve solamente para sentirnos un poco mejor?

Es así que me puse a ordenar estas reflexiones, junté varios autores y modelos que hablan sobre el proceso de aprendizaje y escribí este artículo en formato de acciones que habilitan aprendizajes. De hecho quiero reflejar las 6 que hoy en día me hacen más sentido.

Antes de seguir y sin profundizar en conceptos muy teóricos, en mi reflexión quiero dejar de lado la etapa de adquisición de conocimientos, esa que se obtiene leyendo, observando cómo lo hacen otros, yendo a cursos, entre distintas opciones. Si bien es parte importante del proceso, me voy a enfocar en el aprendizaje desde el hacer individual y colectivo, desde un sentido totalmente empírico. 

Aquí van.

1. Parar la pelota

En equipos que persiguen la agilidad, el momento de la reunión de retrospectiva es uno de los mejores espacios para generar aprendizajes colectivos (si no sabés de Retrospectivas, te recomiendo el libro de Agile Retrospectives: Making Good Teams Great de Esther Derby y Diana Larsen). Este espacio periódico (cada dos o tres semanas) permite al equipo parar la pelota y validar cómo vienen. 

¿Siempre se generan aprendizajes en las retrospectivas? En mi experiencia no, pero eso tampoco está mal. Es probable que en ocasiones no seamos efectivos. La clave está en instaurar la importancia del espacio y el tiempo para reflexionar. Esto permitirá generar los hábitos de inspeccionar y adaptar, fundamentales para la mejora continua y evolución del equipo.

Este concepto de hacer una pausa periódica intencional, cobra mucho sentido también en lo individual. Comprometerse a bloquear momentos de pausas y reflexión que nos permitan balancear el hacer y hacer, se torna fundamental. Más adelante compartiré algún artículo sobre los cambios significativos que estoy sintiendo al modificar mi rutina diaria, incorporando algunas herramientas y técnicas que persiguen este propósito.

2. La incomodidad es necesaria

Cuando comencé a incursionar en el rol de Facilitador, me pasó durante varias retrospectivas de sentirme muy incómodo y por momentos frustrado, con una vocecita interna que me decía “esto no es para vos“no sos tan bueno”te falta experiencia” “no les está aportando nada la dinámica que sugeriste”. Sentía que no tenía las habilidades suficientes para ayudar a un grupo de personas a reflexionar y converger en acciones concretas.

Pero esta incomodidad es necesaria si deseamos generar una nueva habilidad, particularmente si lo nuevo implica un cambio significativo respecto a la situación actual. Es parte del proceso, es hacerlo manteniendo la disciplina suficiente para poder apagar la voz interna que te quiere llevar a abandonar. Es confiar en que esto que estamos transitando y experimentando, no se puede saltear, es parte del proceso. ¡Hay que hacerlo!

En esos momentos es donde conviene recordar nuestro verdadero propósito de generar este aprendizaje. En mi caso, tener presente mi intención final de hacer lo que hago, se ha vuelto clave para seguir intentando cosas nuevas.

3. Debemos cuestionarnos

Una técnica muy utilizada en un proceso de Coaching, es el uso de preguntas poderosas. Si no tenés idea de este concepto, acá un video cortito que sirve como para irse metiendo en tema “Preguntas poderosas”.

En esta charla que tuve con mi colega, él me disparó una pregunta poderosa respecto al contexto de la conversación, probablemente sin ser consciente de que lo estaba haciendo. No estoy diciendo que de ahora en más tengamos que convertirnos en expertos de las preguntas poderosas para poder generar aprendizajes. A lo que me refiero, es a animarnos a cuestionar nuestras creencias: ¿Estaremos aprendiendo? ¿Qué evidencias o hechos concretos tenemos de que así sea?

Esto nos permite estar alertas cuando a pesar de estar viviendo situaciones similares, al menos lo hacemos desde un lugar distinto, desde un lugar de cambio, ya sea cómo nos sentimos frente a esos hechos concretos, como estamos accionando y en definitiva sobre los resultados que estamos consiguiendo. 

4. Crear entornos de confianza

La mirada atenta a la mejora continua y el poder crear cultura de feedback -aspectos claves para evolucionar la cultura y promover Organizaciones que aprenden-, sucede de una manera más saludable y profunda si hay confianza entre las personas. Me atrevería a afirmar que sin confianza entre las personas, es raro que podamos aprender desde lo colectivo, pero no me quiero desviar del tema.

En mi experiencia, el mejor momento para empezar a hacerlo es desde el inicio. Es conveniente sentar las bases al principio de la formación de un equipo, dando importancia relevante a la construcción de confianza entre los individuos. Proponer actividades, dinámicas concretas que busquen conectarnos más desde lo personal.

Y hay que volver a visitar estas bases permanentemente para seguirlas fortaleciendo, disparando conversaciones difíciles, creando acuerdos que todos podamos y queramos respetar. 

Si querés indagar más en este aspecto, un libro que me ayudó a tomar consciencia de esto fue “The Five Dysfunctions of a Team” de Lencioni. Muy recomendable.

5. Pedir ayuda  

Pedir ayuda es una de las habilidades que me ha resultado más difícil desarrollar. Soy de los que tienden a buscar soluciones a cada problema, queriendo agotar todas las instancias posibles antes de pedir una mano. 

No creo hacerlo con mala intención, probablemente esté muy arraigado a mi forma de ser. De todas formas, no deja de ser una limitante para generar aprendizajes significativos.

El primer paso, es reconocerlo. El segundo, pedir ayuda.

Cuando se abre esta puerta, el apoyo puede venir en diferentes formatos, desde palabras de un amigo, algún colega, hasta el apoyo profesional de un Psicólogo o Coach. 

Nos necesitamos entre todos, como seres sociales y mortales que somos.

6. Soltar el control

¿Y qué si a pesar de todo lo anterior, siento que no estoy aprendiendo? ¿Hay que accionar como sea?

Dejé esta condición por última de manera intencional. Cuento el porqué.

Si bien existe una genuina intención de grandes referentes en lo que hace a la construcción de la mejora continua -y que sin duda comparto-, eso de “aprendamos de los errores” “capitalizar nuestros aprendizajes, si no, no sirve”, tengo la sensación de que nos termina forzando a algo que justamente por forzado, termina no sucediendo. 

La autoexigencia de estar en permanente mejora, en algunos momentos puede ser muy contraproducente. Se transforma en una especie de obligación moral de “por lo menos, estamos aprendiendo” y quizás, no estamos aprendiendo. Quizás ni siquiera estamos listos como individuos o como colectivo para que eso suceda.

¿Y que podría pasar si nos damos la chance de NO aprender?

Algo que estoy promoviendo últimamente, es darme la oportunidad de aceptar lo que me pasa. Simplemente respirar y dejar que fluya el no tener la respuesta. Confieso que esto también me cuesta un montón, pero estoy convencido que es clave soltar un poco el control y esa necesidad constante de aprender, para que emerja algo distinto. 

De hecho evitar el control fortalece el músculo de la confianza, confianza en mí y en mi entorno, confianza en que de alguna forma vamos a ser capaces de resolverlo.

Reflexiones finales

Estas acciones junto con varias teorías que refieren al aprendizaje, funcionan en la medida que las miremos como un todo, desde una mirada general de lo que nos pasa y también desde lo particular de mi historia, tomando lo que nos haga sentido y desechando lo que no. 

Cada vez creo menos en fórmulas mágicas y más en ir tomando lo que nos sirve, mezclando todo, armando nuestras propias recetas.

Algunas referencias respecto al proceso de aprendizaje

Deja un comentario